jueves, 1 de octubre de 2009

CABEZA


Jueves, estoy an la clínica de Caseros, Ian, el más chico de mis hijos
jugando con Alan, su hermano se golpeó la cabeza. Mientras esperamos
veo un desfile de personajes que hacen que el tiempo -que acá es como
que se para- sea un poco más llevadero. Los empleados de la recepción
hacen todo lo posible para dar a entender que están de mala gana
nosotros que vamos, cómo carajo estamos? Radiografía de por medio,
vuelta a esperar al médico, otra vez! Mientras espero me pregunto: Por
qué no llevaran a los pacientes que internan, operan o egresan por
otro lado que no sea ese desfile vergonzoso por los ojos de todos
nosotros que estamos ahí? Los pacientes cierran sus ojos o miran para
otro lado, los pasean en camisón o vestidos de apuro y por ahí dando
un último respiro como paso ante mis ojos. Una vez me tocó a mi,
apéndice y me pasearon por los pasillos en camilla y con ese camisolín
que apenas te tapa! Y cerré los ojos, como sí eso también cerraría los
ojos del resto.
Es todo un mundo el de los médicos, se comunican casi en clave, dicen
algo y se miran y hacen pausas, y ahí estamos, sentados esperando el
resultado, lo leen, y se quedan en silencio y y y, basta! Digan de una
vez el maldito diagnóstico! Bueno no fue nada, fue un golpe nada más!

1 comentario:

Ivan J. dijo...

malditos medicos, solo los bancamos porque saben como curarnos!